Me sentía atrapada entre el respeto por mis tradiciones y el anhelo de una relación más equitativa y moderna.
Desde nuestras diversas identidades, nos damos encuentro en Jérez del Marquesado, a las faldas de Sierra Nevada. Durante cinco días hemos convivido entre meditación, talleres, deporte, rezo, fiesta, poesía y naturaleza. Solo unificando todo lo que somos es posible encontrar el sentido de las cosas.